PATRIA E INDEPENDENCIA 2
“ pequeña lección de etimología”

Mi patria en mis zapatos.
El Último de la fila.
La patria del escritor es su lengua.
Francisco Ayala.
Siempre he pensado que, en lo referente al juego literario, es muy importante, capital diría, la elección justa, adecuada, conveniente, precisa, de las palabras. También lo es en otros juegos como los del amor, los de la amistad, los socio-políticos, en definitiva en lo concerniente a las relaciones humanas, de todo tipo, en todos lo ámbitos. La gratuidad de las palabras al final paga peaje en cuanto a su significación, a sus significados, a sus intenciones, en su contexto o lejos del mismo.
Por ejemplo no es lo mismo, si nos referimos al amor, decir: te quiero, te deseo, te necesito o finalmente te amo. Seguramente al expresarnos en cualquiera de estos términos creemos que sí lo son, pero en realidad, tanto en su aspecto etimológico como en el significante, no lo son en absoluto, ni en su contexto ni en su propio objeto. Cualquiera de estas expresiones tiene sus propias connotaciones y características diferenciales, sus propias marcas y sus propias heridas y cicatrices…
En poesía, por ejemplo, una sola palabra, concreta, mal elegida, puede llevar al poema a malograrse. No digamos su efecto en las relaciones sociales o de amistad, en la convivencia, en las relaciones políticas entre naciones o países o comunidades… En las relaciones humanas y geopolíticas en fin. La elección errónea de las palabras puede llevarnos al conflicto, al contraste, a la pérdida, a la confusión, a la violencia incluso. Puede introducirnos en callejones sin salida, nos acerca al abismo, al caos, a la explosión.
Podemos observar en los medios, en las tertulias, en las informaciones, en las redes sociales, en el ideario individual y colectivo de aquí y de allá, cómo se subvierte el significado de las palabras y, a través de ellas, el efecto de los hechos, podemos cerciorarnos de cómo todos nos apropiamos de la terminología y de los significados, interesados primero y después enfrentados, de un misma palabra, de una misma actuación, de una misma idea, ya sea de justicia, de legalidad , de responsabilidad, de culpabilidad, de razón o de razones, o de sus contrarias, en lo individual y en lo colectivo otra vez, de la verdad… en definitiva, manoseada por unos y por otros…
En 2014 escribí y publiqué un artículo titulado PATRIA E INDEPENDENCIA, en el que intentaba explicar el concepto, la etimología, de la primera de las plabras que contiene el título (del Latín Patrĭa, que significa familia o clan, Patris = tierra paterna, Pater = padre. Es decir, Patria es una palabra, o concepto, que designa la tierra natal o adoptiva de los individuos que pueden sentirse ligados por vínculos de origen, afectivos o ideológicos, culturales o históricos. Es decir Tierra natal o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado el ser humano por dichos vínculos, como dice en su primera acepción el Diccionario de la RAE) al hilo de aquella rabiosa actualidad y que puede extrapolarse al día de hoy como consecuencia de entonces… En la etimología, en el origen de las palabras, casi siempre, reside su secreto, su pertinencia o su osadía. Intentaba también, por otra parte, aclarar que yo no me sujetaba a ninguna bandera y, mucho menos, patria conocidas, venía a decir que esperaba que la patria del escritor -mi patria- fuera mi Lengua, nuestras Lenguas, parafraseando al maestro Francisco Ayala, y declaraba mi propia independencia, mi propia DUI (Declaración Unilateral de Independencia), acrónimo, tan notorio hoy en día. Pues bien, haciendo acopio de equidistancia, si me lo permiten, (dejaremos para otro día hablar de la etimología y significado de la depauperada palabrita) voy a acometer, a propinarles, una pequeña lección de etimología, a modo de exposición, otra vez equidistante, para que puedan comprender, o no, quién sabe, sus fervores y/o sus inclinaciones, sus opiniones, sus palabras en fin, a modo de espejo reflector de su propia realidad y/o irrealidad, de la propia realidad y/o irrealidad que nos cerca y atrapa a todos.
Voy, pues, a exponer la etimología de estas palabritas tan gozosas, tan pizpiretas, en este equidistante artículo, o no tanto quizá, al hilo de lo que hoy he intentado expresar, no ya explicar: INDEPENDENCIA, REPRESIÓN, OPRESIÓN, REVOLUCIÓN y REBELDÍA son mis palabras de hoy… a modo, ya digo, de exposición, reflejo y resumen.
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INDEPENDENCIA: raíces latinas: acción y efecto de no estar bajo la voluntad de otro.
in- negación
dependere- colgar de arriba, estar bajo la voluntad de otro, cautivo y que tiene dependencia de otro.
nt- agente, el que hace la acción
sufijo –ia cualidad
Cualidad o condición de independiente, hace referencia a la libertad
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REPRESIÓN: del Latín- represio
acción y efecto de reprimir
prefijo re- hacia atrás, repetición
pressus- oprimido, preso
sufijo ión- acción y efecto
Acción de reprimir con violencia una sublevación o manifestación política o social, impedir que un sentimiento, estado de ánimo o impulso se muestre abiertamente, contener por la fuerza el desarrollo de algo.
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OPRESIÓN: acción de oprimir.
Ejercer presión (alguien o algo) sobre una cosa.
Apretar demasiado.
Del Latín opressio. oppressionis. Nombre deacción del verbo latino opprimere
prefijo ob- frente a. Raíz indoeuropea: golpear, pegar
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REVOLUCIÓN: Cambio o ransformación radical respecto del pasado inmediato, social, económico, cultural, religioso.
Del Latín- revolutio
acción y efecto de dar vuelta de un lado a otro
prefijo re- Hacia atrás
volvere- dar vueltas
sufijo ion. acción y efecto
Cambio violento y radical en las instituciones políticas de una sociedad.
Cambio brusco en el ámbito económico o social o moral de una sociedad.
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REBELDÍA: del Latín rebellis, sufijo ia- cualidad
Cualidad de rebelde, se rebela contra el poder o la autoridad, difícil de educar, dirigir o controlar porque no obedece a lo que se le manda.
Resistencia o desafío a la autoridad, desobediencia de una orden, incumplimiento de una obligación. Cualidad del que hace guerra contra la autoridad.
Espero que Vds. mis improbables y queridos lectores sepan perdonarme la osadía y al fin puedan extraer sus propias conclusiones, acerca de la importancia de las palabras, en este mundo incierto y deslenguado. Así lo desea…este equidistante articulista.
Carlos Javier Cebrián, escritor.
Director de Ediciones Frutos del Tiempo Asociación Cultural de Elche.
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